miércoles, 8 de julio de 2015

       Cada vez que miro a mi alrededor hay alguien haciendo algo artístico. ¿Saben por qué lo noto? Porque si bien no se me dio la posibilidad de ser buena dibujante, o cantante, o actriz, o -inserte actividad artística aquí- sí se me dio la gracia de ser muy observadora. Y es que, quién no es muy observador cuando hay alguien que toca el violín en medio de una peatonal, o dibuja retratos geniales sin siquiera borrar un trazo, o hay chicos haciendo ollies o flips en sus skates o incluso cuando un pajarito está piando para llamar a su madre. 

       En serio, sería imposible de pensar vivir con una venda en los ojos, dos tapones en los oídos y meter los dedos en ácido sulfúrico (?). Incluso soy una amante, y yonki, de los perfumes. Si, soy adicta a los perfumes de las personas. So what? Más que nada lo que me gusta es cuando la esencia coincide con quien la porta.

         Abramos los ojos a lo importante, que lo demás viene y se va muy fácil. Incluso cuando al principio no lo parezca.

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