jueves, 22 de diciembre de 2016

Hoy despedimos a una vecina, que más que vecina era una luz. Una persona tan buena, solidaria y desinteresada como muy pocas veces he visto. 

Es increíble cómo la vida te da golpes, te saca el aliento y se queda mirando a ver cómo resolves todo. Ella, Juani, era de esas personas que por más que el agua estuviese en el techo, encontraba una solución y te brindaba apoyo, afecto y contención.

No puedo entender por qué, habiendo tanta mala gente dando vueltas, se llevan a las personas de tan buena caña. No lo entiendo. Ni quiero entenderlo. Y, encima, que se vaya sufriendo como sufrió. ¿En qué cabeza cabe algo así? Está bien, seguramente cumplió su función y propósito en este plano, nos hizo felices, unió a la gente del barrio, disfrutó de sus nietos (aunque haya sido poco tiempo). Ahora tiene que brillar en el firmamento.

¡Te vamos a extrañar, Juani! Mucho. Demasiado.💗💗

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